domingo, 6 de julio de 2008

Maldito Beto


El miedo que sentí en ese momento llegó a paralizarme, y ahora sólo me duele la rodilla. Mamá me dijo que nadie me manda a jugar con Beto, pero yo no sabía que era malo.

Ayer fui a la casa de Nico, que vive a unas cinco cuadras de mi casa, y nos pusimos a jugar a la “casita robada”. La verdad es que me aburría de ganarle, entonces fui a jugar con su perro. Es negro, de mucho pelo y casi ni se le ven los ojos. Sinceramente no sé qué raza es y ahora menos me importa.

Lo único que hice fue acercarle el plato al hocico y en dos segundos mi rodilla estaba en su colmillo derecho. Fue rápido, tanto, que una vez que me mordió, terminó de comer y se fue a la cucha.

Susana, la mamá de Nicolas, se había ido a barrer el quincho y cuando volvió, me vio: parada, al lado de la puerta principal, con la rodilla sangrando y la cara hinchada de tanto contener el llanto. Me llevó a mi casa, llamó al pediatra y le aviso a mi mamá que su mugroso Beto me dejo un agujero en la pierna.

Mamá no pudo dejar el trabajo así que estuve esperando al pediatra con Susana, hasta que llegó mi tía Antonia. La doctora le dijo que si no me sentía bien podía faltar dos días al colegio y de paso le preguntó a Susana si el perro estaba vacunado. Menos mal que sí, porque Nico me dijo que me podía salir espuma por la boca y yo ya estaba midiendo el tiempo que pensaba usar para contarles a mis amigas que la espuma no era lo que llaman rabia, sino una pasta dental de Floricienta vencida.

Como no tenía ganas de hacer la tarea, hoy falté al colegio. Estoy media aburrida porque todavía falta para ver Patito feo y ya vestí a todas mis barbies.

-Vicky, teléfono, tu mamá…

-hola mami

-hola Vicky, ¿como está tu rodilla?

- me duele mucho, el perro de Nico me mordió re fuerte, casi me rompe la rodilla porque me empezó a salir mucha sangre, ¡como trescientos litros de sangre!

- Bueno eso te pasa por jugar con lo que no debes. ¿Tu padre está por ahí?

-no, todavía no llego. ¿Mamá hoy vamos al cine?

-no, ¡que cine ni que cine! Hoy no fuiste al colegio y aparte voy a llegar tarde, tengo mucho trabajo hija, mi jefe me pidió unas cosas y me tengo que quedar.

¡Ah! Y cuando llegue tu padre, decile que mañana me deje el auto…o mejor deja que lo llamo al celular. Chau, cuidate y no te mandes más cagadas ¿me escuchaste?

-si mami.

Pensar que ahora podría estar en el shopping. Supongo que cuando cumpla siete, me van a dejar ir sola, porque si espero a que mamá salga antes del trabajo voy a tener doce y todavía no voy a poder gastar los ocho pesos que me quedan en la tarjeta “Sacoa”, cuando todavía ni me subí a las tasitas locas.

No se por qué los grandes tienen que trabajar hasta tan tarde, están tan cansados que papá se va derecho a dormir. Además, el pobre se confunde de perfume y usa el de mamá. Lo noto siempre que me saluda al volver de su trabajo, más que nada, por el olor que tiene en la ropa.


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