viernes, 12 de septiembre de 2008

La argentina crónica

Operación jaja

En esta crónica la periodista se dirige al estudio de televisión de canal 9 y entrevista a los miembros de la “clac” que son los reidores que utilizan en ciertos programas televisivos.
Los reidores son el pilar fundamental de la crónica, el eje de la historia. En cada uno de ellos se muestra una historia de pocas risas- como la de esperar eternamente un puesto en la tele- pero de mucha esperanza.
El espacio es el estudio de televisión y el tiempo se muestra cronologicamente, desde que entra al estudio y saluda a los guardias hasta que se despide.
Por lo general la autora describe a los personajes a través de comparaciones cómo por ejemplo: “Susana pazos es una rubia de salón de belleza, con piernas de jirafa y nariz finita como la punta de un lápiz recién afilado”.

“Nos reímos para ridiculizar a la vida. Para que la tragedia sea comedia” esto es lo que dice un reidor y eso deja en quienes leen la crónica. Ellos ríen, a veces no es chistoso, a veces ni lo escuchan, pero ellos ríen. Tal vez así deba ser la vida, un chiste y no un velorio.
No obstante, existe un momento interesante en la crónica cuando se comenta que quisieron poner risas grabadas en vez de hacerlas en vivo. Esto muestra como hasta la risa- algo que debería surgir de la espontaneidad del momento- es utilizada como fuente de trabajo y explotación de su reproducción misma.
Por eso la crónica ronda en una paradoja constante: la de saber que reír hace bien y la de explotar ese recurso como fuente de trabajo para que termine cansando y termine haciendo mal.

Un día en la vida de pepita la pistolera

La forma de escribir del cronista parece no dar pausa. A la hora de contar, una historia atrás de la otra va dando forma al entrevistado, explicando a la vez, cómo consiguió Pepita ser quien es.
Pepita fue acusada de asesinar a José Luis Cabezas, sin embargo, por falta de pruebas fue liberada.
Ella tuvo una infancia de peleas callejeras y robos, los cuales forjaron su personalidad. Dicha personalidad se muestra constantemente en la crónica. Todos sus amoríos denotan a una persona falta de cariño y el hombre que visita a la cárcel demuestra que ella prefiere no ser elogiada todo el tiempo, porque ella misma sabe su valor y hasta donde llega su dignidad.
La crónica se basa en lo que dice la protagonista, el relato va y viene según lo que ella quiera contar y la imagen del cronista siempre está muy presente.


El caso Poblete. La fuerza del cariño


En esta crónica el relato es unilineal y cronológico. Los sucesos se explican paso a paso hasta llegar a la reaparición de una nieta que no puede dejar de querer al padre militar que la secuestró de su madre biológica mientras que trata de querer a sus familiares de sangre.
En esta crónica se ve la lucha constante de un militante chileno que hace hasta lo imposible por la igualdad, debiendo inmigrar a la argentina y conociendo así a la mujer que le daría la alegría de tener una hija.
Sin embargo la alegría dura poco porque en esa época las calles estaban atestadas de militares y policías corruptos que se llevaban a todos los insurrectos y sobre todo a las embarazadas para torturarlas y sacarles a sus hijos. En ese contexto nace la pequeña y la verdad y la justicia llegan tarde y con ellas la posibilidad de crecer junto a su verdadera familia.
Esta historia se enriquece mucho con el contexto, se podría decir que acompaña al pilar fundamental que es la inconstitucionalidad de las leyes de punto final y obediencia debida ya que constantemente los aspectos políticos de argentina sirven para justificar las acciones de los personajes y para entender un poco más la necesidad de cambiar esa realidad.

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